La batalla espacial que se libra para lograr el escape de la raza zuyua de su planeta natal ha llegado a su pico máximo, y para ganarla, se deberán tomar medidas drásticas. Karmatrón arriba a Metnal en donde, por primera vez, siente el dolor de las garras de la maldad y la decadencia; pero haciendo uso de la Mente Silenciosa y con ayuda de su guía espiritual, Katnatek, comprende que las aparentes pérdidas son sólo una ilusión.